Exposición:
Entre cuentos y encuentros
Exposición en ABRA Caracas, Diciembre 2017 – Febrero 2018
Juan Liscano, mi tío
10 En el año 1947 llegó a mi casa un álbum musical y recuerdo que mi mamá me dijo: “Mira lo que hizo Juan [Liscano, tu tío]”. Era un álbum de siete discos de todo lo que él había grabado. Fue la primera edición de discos del folclor con grabaciones en campo hecho en Venezuela. Eso fue una semilla, porque esa música que estaba allí era la música venezolana que yo grabaría treinta años después.
La fiesta de la tradición
Cuando tenía 16 años, mamá me llevó a ver ese espectáculo fabuloso qué monto Juan Liscano en el año 1948 en Nuevo Circo. Ese fue mi primer recuerdo de algo venezolano, todo arranca desde ese espectáculo. Por eso es que yo digo que es tan importante para un joven ver algo que lo atrae, eso no se olvida más nunca.
Una necesidad espiritual
Cuando mi tío Juan Liscano [escritor y poeta venezolano, reconocido como folclorista, columnista y promotor cultural] regresó a Venezuela de veintitantos años, sintió la necesidad, parecida a la que sentí yo también, de querer conocer mejor a su país; tal vez al ver a tu país desde otra perspectiva, sientes que es como una necesidad espiritual, una necesidad de poder asentar- te en algo que te identifica como parte de ese conglomerado, conociendo sus valores.
Sentimiento de desarraigo
12 Me apasionaban igualmente la música y la arquitectura. La música venía paralela creciendo… pero regreso [de Estados Unidos] con la idea de conocer a Venezuela, sus regiones; porque sentía como un desarraigo con respecto a la identidad.
La primera casa
Construí una casa en Los Palos Grandes. Cuando terminamos la estructura hicimos una reunión prácticamente sin paredes ni nada y entonces ahí empezó el movimiento, fueron Alirio Días y Fredy Reyna y comenzaron las reuniones musicales en ese sótano. Después esa casa se hizo famosa por la cantidad de músicos que pasaron por allí: Astor Piazzolla, Atahualpa Yupanqui, Mercedes Sosa, Chabuca Granda (quien compuso “La flor de la canela”), Leonor González Mina, conocida como “La Negra Grande de Colombia”, Víctor Jara, Dave Brubeck, Morella Muñoz, Paul Desmond […].
El primer disco
Junto con Roberto Todd, hermano de Cecilia Todd, empezamos a vislumbrar la idea de hacerle un disco al Indio Figueredo, el arpista que más me gustaba, porque tocaba bien tradicional. Entonces fuimos a San Fernando de Apure para proponerle a él y a la familia, hacer un trabajo discográfico.
Aprendí de todas las fases de producción
El Indio Figueredo viajaba a Caracas con todos sus hijos para estar unos días y hacer las grabaciones. Luego el regresaba al estado Apure. En esa dinámica estuvimos como tres o cuatro meses de trabajo. En ese tiempo yo le hice muchas entrevistas en mi casa y ahí él me contó que había hecho todas las faenas del llano de joven, había sido ordeñador, domador, carretero, todo.
Nos dimos cuenta de que en un disco no cabía su gran repertorio, entonces decidimos hacer un álbum de dos discos long play (LP), de 24 piezas. Tenía la música y la información. Con ese disco aprendí de todas las fases de producción. Tenía esa idea de comercializarlo en el exterior también, y decidimos hacerlo en español y en inglés. Pero me di cuenta de la dificultad de introducir la música venezolana en las discotiendas.
El joropo, un canto sin fronteras
La música tiene un factor etnográfico. El cantador de joropo canta con voz aguda, para que su voz se oiga. Es el canto de la sabana, no importa dónde esté la frontera, si entre Venezuela y Colombia, la música sigue.
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Esta exposición fue posible gracias al Fondo de Coproducción Internacional del Instituto Goethe, Fundalares y Abra Caracas.
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